MACIZO CENTRAL

Tiro Tiso (2640 m)
29-VII-2006

    Hemos modificado la ruta prevista. Al ser sólo catorce caminantes preferimos no llevar el autobús y transformamos lo que iba a ser una travesía en un circuito para poder hacerlo con nuestros coches. El nuevo punto de inicio y de fin de ruta es Fuente Dé.

    Son poco más de las diez de la mañana cuando llegamos a Fuente Dé, y por ser poco madrugadores nos enfrentamos a la primera dificultad del día, y a la más tediosa de toda la ruta. Hay una cola enorme en el teleférico, tardamos bastante en subir y no empezamos a caminar hasta las doce del mediodía, con el sol castigándonos sin piedad.

    En Cabaña Verónica ya empezamos a notar los efectos del calor y tenemos que hacer la primera pausa, tomar algo de líquido y algo de fruta. Tras un breve respiro estamos otra vez en marcha hacia la Collada Blanca, donde ya divisamos nuestro objetivo del día. El Tiro Tirso es el final de un murallón que tenemos a nuestra izquierda y que empieza en la Torre Blanca. Al fondo y frente a nosotros vemos la mole del Llambrión.

    Perdemos algo de altura al bajar al Jou Trasllambrión y nos enfrentamos al tramo de mayor esfuerzo del día para subir a la base del Tiro Tirso, al otro extremo del jou, y por encima ya de los 2500 metros de altura.

    Dejamos nuestras mochilas y emprendemos la ascensión por la arista occidental del Tiro Tirso. La arista, que parece inviable vista desde cierta distancia, nos permite subir en una continua trepada, no del todo fácil y muy expuesta en la que liberamos una buena dosis de adrenalina. Entre subida y bajada consumimos algo más de una hora, tanto una como otra han de hacerse de forma cuidadosa y nos sentimos más protegidos si hacemos el trayecto todos juntos.

    Después otra gratificación, porque llega la hora de la comida, algo tardía ya y todos estamos hambrientos.

    Y tras la comida, de nuevo a caminar. Nos duele dejar tan cerca el Llambrión y no subir a su cumbre, sobre todo a los que no la conocen, pero tememos no llegar a tiempo al refugio de Collado Jermoso para la cena. No queda mucho camino, pero calculamos que el paso de Tiro Callejo nos llevará algo de tiempo.

    Y calculamos bien, el paso tiene cierta dificultad, y aunque se puede descender sin asegurarlo, preferimos colocar un cordino en una chapa dispuesta para tales efectos y descender con seguridad. Ya hay un trozo de cuerda colgando de la chapa, pero no está en muy buenas condiciones, así que nos fiamos más de nuestro cordino. Con esto superamos la última dificultad del día, dificultad debida sobre todo al peso de nuestras mochilas con equipo para dos días.

    Luego, tras una no muy larga bajada llegamos a Collado Jermoso. Aunque ya conocido, nunca deja de impresionarnos el formidable emplazamiento del refugio, el mejor de todos cuantos hay en los Picos de Europa. El mejor en cuanto emplazamiento, otra cosa ya es el refugio en sí mismo, y peor si te lo encuentras en obras. Pero como no todo han de ser críticas he de decir que al llegar al refugio nos encontramos con la sorpresa más agradable del día: cerveza de barril. El antídoto perfecto para la sed del montañero.

    Acompañamos la cena que nos dieron en el refugio con una buena dosis del líquido ambarino, y el concepto que todos teníamos del refugio de Collado Jermoso mejoró considerablemente. No como para ponerle una estrella en la Guía Michelín, pero lo de la cerveza de barril es un lujo insólito a más de 2000 metros de altura.

    Y llegó la noche. Contemplar la puesta del sol en lo alto del collado es un espectáculo digno de ver. El contraluz del Cornión cuyas cumbres se perfilan y diferencian una a una al frente. Debajo un mar de nubes en formación que va imponiéndose por encima del profundo valle del río Cares. A nuestra izquierda, también entre retazos de nubes, las cumbres más lejanas de Panderruedas, Ponga, Tarna. Y poco a poco todo se va oscureciendo mientras se deja ver alguna estrella en un cielo no del todo despejado.

    Hora de irse a la cama, aunque más bien debería decir al saco. No pudimos reservar en el refugio, así que toca vivaquear. Las perspectivas para la noche son bastante buenas, por lo tanto estamos contentos. Esto último también podría ser una consecuencia de la cerveza de barril y de unos cuantos chupitos que vinieron después, no voy a negarlo.

    Finalmente la noche es buena, la única molestia es alguna ráfaga de viento fuerte, muy ocasional, además del esperado suelo duro al que uno no llega a acostumbrarse del todo.

Hacia la Collada Blanca		Subiendo al Tiro Tirso		Tiro Tirso		Bajo el Tiro Tirso
Collado Jermoso, 22:00

Torre del Friero (2445 m)
30-VII-2006

    Algunos nos levantamos temprano, antes del amanecer, y conseguimos asustar sin pretenderlo a un buen número de rebecos que estaban a escasos metros de nuestros vivacs. Con las primeras luces podemos ver ya la Torre del Friero, nuestra meta del día, que recibe de lleno los rayos del nuevo sol.

    Recogemos todo, un buen desayuno en el refugio, recargamos agua en la fuente, mochila al hombro, y ya estamos otra vez en marcha.

    Al alejarnos del refugio todavía es temprano, y vemos sobre la garganta del Cares el espeso mar de nubes que había empezado a formarse la noche anterior. Ahora está algo más alto, pero todavía por debajo de nosotros. No parece ser una amenaza.

    Tenemos que llegar a la vega de Liordes y después bajar por la misma dando un forzado rodeo para buscar un camino que suba directo al Collado de Chavida, punto desde donde intentaremos atacar la cumbre del Friero. A lo largo de este camino tropezamos con varios grupos más de rebecos, que guardan respetuosos una distancia prudencial.

    El rodeo se nos hace pesado, pero tampoco queda otro remedio. También nos molesta tener que perder algo de altura en la vega de Liordes, donde sabemos que a la vuelta tendremos que subir. Ya tenemos menos fuerzas que el día anterior y, por el contrario, el peso de nuestras mochilas apenas ha descendido.

    Tras una larga subida llegamos al collado, nos desprendemos temporalmente de nuestras mochilas y nos disponemos al último tramo hasta la cumbre. Nos quedan más doscientos metros de de desnivel que van a ser ya más entretenidos. Muchos de ellos son de trepada, y si bien no son demasiado difíciles, nos obligan a extremar las precauciones debido a las piedras sueltas y a la roca bastante descompuesta. Yendo todos juntos y bastante despacio alcanzamos la cumbre en cuarenta minutos, nos hacemos las fotos de rigor y contemplamos el paisaje que nos rodea. La vista al nordeste es impresionante: gran parte del Macizo Central, destacando sobremanera el grupo del Llambrión y la arista que va del Madejuno al Tiro Tirso, cumbre esta última que veníamos de hacer el día anterior.

    Después bajamos otra vez extremando las precauciones, al encuentro de nuestras mochilas y de los víveres que todavía quedaban en su interior. Ya es la hora de la comida, y hacemos ésta con bastante optimismo, pues casi todo el recorrido que nos resta por hacer es ya cuesta abajo.

    Iniciamos el descenso, y superamos después las únicas subidas que nos quedan al atravesar nuevamente la vega de Liordes, esta vez en sentido inverso al de por la mañana. El mar de nubes que a primera hora teníamos por debajo ha vuelto a subir, y en la vega entramos y salimos en la niebla constantemente. Y al llegar a la Canal del Embudo, nuestra vía de descenso, la cosa se pone peor. La niebla es ya muy densa y bastante húmeda. La visibilidad es del todo nula y los que no conocíamos la canal nos quedamos prácticamente sin conocerla, porque todo seguiría sin cambios hasta Fuente Dé.

    La bajada se hace muy monótona debido a la deprimente niebla, y a que a ninguno le sobran ya demasiadas fuerzas. Pero al fin llegamos a Fuente Dé, donde nos esperan nuestros coches. Nos adecentamos un poco en la fuente y nos dirigimos al bar para calmar nuestra sed y de paso celebrar el éxito de una nueva aventura del Grupo de Montaña La Peña.

Collado Jermoso, 6:50		Collado Jermoso, 7:45		Torre del Friero